Mel.

Mel.
Aprendí que palabras bonitas las dice cualquiera, pero no cualquiera puede demostrarlas.

domingo, 17 de junio de 2012

Puta sociedad.

Una vez más vuelvo a sentir esa culpabilidad. Esa que da comerte un pedazo de chocolate y pensar que irá directo a tu tripa, a tus nalgas, a tus caderas... Esa culpabilidad que da el haber comido algo que te apetecía y saber que te hará engordar más y más. Estoy harta de querer ser lo que está puta sociedad quiere. Si estoy acomplejada es por el resto del mundo que me rodeó en un pasado y que me hizo sentir una basura, un ser que solo por su peso no tenía el mínimo derecho ni siquiera de existir. Cada mañana un insulto nada más llegar a clase me hacía querer morir y sentirme asquerosamente despreciable. 
Ahora me rodea gente que me quiere y que me apoya, pero soy yo la que se machaca. La que se mira frente al espejo y desea tener ese cuerpo de modelo que tienen la mayoría de las chicas. Soy yo la que va a las tiendas y sale con lágrimas en la cara porque no encuentra su talla. Soy yo la que a veces quiere llegar a casa y decirse a si misma ''se acabó abrir la boca''. Pero no quiero que esto acabe en una enfermedad, en que mi madre tenga que llorar por las esquinas porque cree que va a perder a su hija porque no quiere comer. No quiero ser yo esa. 
Mi pasado ha influido en mi presente, pero no quiero que influya en mi futuro. Sí, he sido y soy una chica con curvas, ¿y que pasa? ¿es que los kilos se contagian? Maldita sociedad que da asco, ojalá os pudráis.
Gracias a aquellos que me habéis apoyado y que lo seguís haciendo. A los que quisisteis hundirme que os jodan.

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